Así me convertí en médico de accidentes: Francisco Quintana

Un acontecimiento inesperado

Hace cerca de seis años, cuando iba por el Express Way de Miami rumbo a su trabajo, el Dr. Francisco Quintana se vio envuelto en un accidente que sin saberlo le cambiaría la vida.

Mientras esperaba su turno en una salida congestionada, recibió un choque por detrás, que lo hizo chocar con el carro de adelante, y al carro de adelante con el de más adelante. “En total fueron como cinco carros involucrados en el accidente” recuerda el médico. Pero él fue uno de los pasajeros más afectados, pues fue quien recibió el segundo impacto por detrás en la fila de accidentados.

A los pocos días, por la recomendación de un amigo de su esposa, llegó a la clínica de accidentes Agape Health Provider, a hacerse un chequeo general, pues notó que había quedado maltrecho después del suceso: “Es común que uno no sienta la gravedad de las lesiones inmediatamente después de un choque, sino después de algunos días”.

Aunque él era médico general, conocía poco del mundo de las lesiones personales por accidentes. A pesar de que en Florida hay más de mil accidentes de tránsito al día según estadísticas del Departamento de Seguridad de Carreteras y Vehículos Motorizados de Florida (FLHSMV), el Dr.Quintana nunca se había accidentado antes, y en su práctica médica no veía pacientes accidentados.

Su diagnóstico incluyó varias hernias en la espina lumbar. Una condición cuyo síntoma principal es dolor crónico en la espalda y que se suele tratar con terapias.

Como asegura la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos, solo un pequeño porcentaje de los pacientes con hernia de disco lumbar requieren cirugía. La cirugía de columna típicamente se recomienda solo después de un período de tratamiento no quirúrgico sin efecto sobre el dolor.

Este fue un momento difícil, para el doctor Quintana. Su calidad de vida se vio disminuida por el dolor y no tenía la misma energía para sus actividades diarias. “Un accidente es un acontecimiento inesperado que te hace sentir muy vulnerable”, recuerda. “A uno no le queda claro cuándo se va a sentir mejor o si se va a volver a sentir tan bien como antes”.

Por fortuna, en Agape, El Doctor se sintió acogido y acompañado por sus terapistas, y eso para él hizo la diferencia. “Terminé todas las terapias en Agape. Sentí que ellos comprendieron bien mi situación y eso fue algo que en ese momento aprecié mucho”.

De paciente accidentado a médico de accidentes

Al final, el Dr. Quintana no solo completó los cerca de dos meses de terapias en Agape y recuperó su salud, sino que al  poco tiempo regresó como médico internista de esta clínica de accidentes, por invitación del dueño y el personal. “Después de haber pasado por esa experiencia me interesé por esta rama de la medicina y el proceso de recuperación de estas personas”, afirma.

Por eso, como médico internista de Agape no olvida su experiencia como paciente. Sabe que completar las más de cuatro semanas de terapias necesarias para recuperarse puede ser difícil, porque las distancias para desplazarse son largas y hoy no hay tiempo que perder. Pero también que completarlas es fundamental para la recuperación de las lesiones así como para llevar un proceso de reclamación.

Ahora, como médico internista de la clínica de accidentes Agape, debe evaluar a los pacientes que llegan y tener en cuenta sus condiciones y enfermedades preexistentes: Las lesiones de accidentes suelen ser más graves allí donde los pacientes tienen problemas de salud y otras lesiones anteriores.

De las cosas que más le han sorprendido como médico de accidentes, es que la gente tiende a no ponerle atención a sus síntomas. “A veces prefieren ignorar las molestias”, explica. Por eso siempre les recomienda a sus pacientes, además de terminar todas las terapias, poner atención a su estado de salud y regresar si no se sienten del todo recuperados. “La indicación es que escuchen más su cuerpo”, añade.

Los accidentes también traen oportunidades

Después de una lesión, los tejidos nunca vuelven a quedar iguales. La mejoría no llega al ciento por ciento. Por eso los pacientes debe permanecer atentos. “Yo con mis hernias, por ejemplo, tengo temporadas sin molestias, pero a veces me confío y por una mala fuerza vuelvo a recaer y debo volver a hacer terapia”, explica el ahora médico de accidentes.

El doctor Quintana, entiende muy bien cómo un accidente puede cambiarle la vida a alguien. “Es una experiencia difícil y traumática que te hace reevaluar tus prioridades”, explica. Él mismo duró un tiempo manejando con miedo de que lo volvieran a estrellar por detrás, incluso meses después de haberse recuperado. Pero, como con prácticamente todo en la vida, un accidente también puede traer cambios positivos y oportunidades.

El Doctor Quintana, además de cambiar de trabajo, después de mejorarse, también empezó a hacer más ejercicio y a vigilar más su dieta, en un esfuerzo por cuidar y fortalecer más su cuerpo. “A veces los pacientes se vuelven más cuidadosos después de un accidente, y se ponen más fit de lo que jamás estuvieron en su vida”, cuenta.

En resumidas, un accidente puede traer muchos aprendizajes escondidos que sorprenden a la gente. Y ese es un proceso que el Dr. Quintana disfruta vivir en Agape con sus pacientes.

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